Creo en la educación

Creo en la educación

lunes, 19 de octubre de 2009

Crecemos juntos




Durante estas dos o tres primeras semanas hemos fomentado la interacción con el entorno y el conocimiento entre los pequeños, pero también ha sido fundamental organizar las rutinas cotidianas desde el primer momento. Ellos necesitan un ritmo establecido que debe repetirse todos los días de la misma forma y en la misma franja horaria. Ese funcionamiento les ha dado seguridad y, por tanto, tranquilidad.
Nos hemos dedicado a actividades sencillas y lúdicas, como cantar, jugar y potenciar la expresión oral y las hemos realizado de forma repetitiva para que se fijaran en cómo hacerlas, se animaran a participar y fueran adquiriendo conocimientos y hábitos.

Parece que fue ayer cuando llegó el grupo anterior, con los mismos miedos, con los mismos temores, y ya crecieron y ya se nos han ido. Cada comienzo de ciclo sentimos de verdad ese río que nos lleva y nos damos cuenta que la corriente no para, pero que a su vez también rebosa de experiencias y recuerdos maravillosos: como el ir viéndolos crecer, como el de la despedida con sus familias o cuando se convirtieron en “caballeros del medio ambiente”. Recuerdo sus caritas de emoción en el acto solemne en el que fueron nombrados. Ellos repetían con sus ojos brillantes: “Me comprometo a cuidar siempre del planeta y de sus habitantes”. Abandonaron el ciclo sintiéndose mayores y con una idea clara: “Somos ciudadanos del mundo”. Que así sea y que todos aprendamos de su ejemplo, porque, como decía Robert Fulghum: “Todo lo que hay que saber sobre cómo vivir y qué hacer, y cómo debo ser lo aprendí en la escuela infantil”.








Hemos empezado otra vez y podemos decir que estamos adaptados y que nos espera un magnífico camino para crecer juntos. Ellos descubriendo cada día cosas nuevas y nosotras aprendiendo y disfrutando a su lado. Bienvenidos a la escuela.