Creo en la educación

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martes, 8 de noviembre de 2011

Don Azadín



Y aquí seguimos trabajando, disfrutando el día a día y queriéndonos un montón más.
Cada mañana sentados en círculo, dándonos la mano y cantando "todos los niños del mundo son nuestros amiguitos", vamos estrechado lazos y vamos sintiéndonos ese grupo fuerte y unido ante los problemas y adversidades. Ya son mucho mayores, para ellos una eternidad, ya son más independientes, hasta algunos escriben a su manera todo lo que se les ocurre, y ya comienzan a fijarse, no sólo en su entorno cercano, sino también en ese mundo inmenso en el que estamos inmersos: seres vivos y seres inertes, peces mamíferos, aves, vegetales... Y una idea clara: “Pequeño planeta vuelve a sonreír porque la gente va a cuidar siempre de ti”.
Pues chicos, comencemos plantando un árbol. Un alcornoque o una encina de nuestra tierra. Lo veremos crecer y creceremos con él, será nuestro aliado, y cuando lo necesitemos nos sentaremos a su sombra para que nos escuche y nos enseñe a controlar nuestras emociones. Manos a la obra.
Así ha nacido Don Azadín. Lo hemos creado entre todos. Llevamos a la escuela una azada y la hemos vestido con ropa de gala porque tiene que visitar a todas las familias de la clase, pero con la condición de no devolverla al cole sin haber realizado en familia su tarea imprescindible: “plantar un árbol” en el patio de la casa, en el campo del abuelo, a orillas de una rivera … Tenemos que empezar repoblando el planeta. Un planeta sin árboles es como una fuente sin agua.
Si a tu casa llega alguna vez Don Azadín por equivocación no se te ocurra devolverlo sin haber realizado su tarea. Todos a una y en marcha.





Chicos, papis, D. Azadino y yo estamos esperando vuestras peticiones.





























1 comentario:

Daniela dijo...

Me encanta que estes devuelta por estos lados!!
Creo que invitaré a Don Azadín a visitar mi casa, aunque sea para plantar un árbol en maceta. Abrazos